Felipe Pigna abrió la segunda jornada del 4° Congreso Innova Educa 21 con una conferencia magistral sobre la evolución de la educación en el mundo y en nuestro país.
El escritor e historiador argentino, Felipe Pigna, brindó una conferencia sobre la historia de la educación en la edición 2021 del 4° Congreso Innova Educa 21. En primer lugar, hizo referencia a que está impregnada por una visión eurocéntrica y aclaró que “toda cultura educa”, incluso aquellas que no accedieron a la grafía.
La aparición de la escritura se produjo hace 6.000 años, en lo que es hoy Irak, pero aclaró Pigna que “el poder se guardó para sí la educación durante 5800 años”. “Una cosa es cuando se inventa la escritura y otra cuando se accede a ella”, explicó.
Buceando en la historia formal de la educación, destacó una fuerte impronta de India y China. También señaló a los griegos como grandes maestros, con distintas escuelas y formas de enseñar. “La escuela socrática y presocrática plantea la idea de que al conocimiento hay que adquirirlo y ponerlo en duda permanentemente”, comentó. “Sócrates fue condenado por corromper a la juventud (...) Las mujeres estaban excluidas, así como los esclavos y los extranjeros”.
Roma y el sur de España -donde hubo presencia musulmana– fueron importantes para la educación y un personaje interesante fue Carlomagno. “Hace una importante difusión de la cultura. La educación no era para el pueblo sino para los dirigentes y sectores de poder”, narró Pigna.
Santo Tomás representa la mixtura de pensamiento cristiano que convierte a la Biblia en pensamiento filosófico. “Las bibliotecas van a ser grandes reservorios de pensamiento en los monasterios y la transmisión de pensamiento pasaba muchísimo por la iglesia”, explica.
El siglo XIV es el “siglo bisagra” de la historia porque “se ponen en duda valores tradicionales, entre ellos, lo educativo”. La peste negra que azotó al mundo “cuestiona el modelo feudal y plantea la libertad individual, la salud, el erotismo en sentido amplio”.
A partir de entonces, “el hombre como centro del estudio y esto produce una revolución en la educación”. Aparece el humanismo, lo que implica que “somos mortales” y que “hay que educar para la vida, para la salud”.
La iglesia tiene fuerte poder en la educación hasta la reforma de Lutero y Calvino. “La gente puede acceder a una versión barata de la Biblia y no necesita a un sacerdote (...). Ahí aparece la contrarreforma y los jesuitas, cuya obra educativa es muy interesante* (...). Crearon la primera universidad en la provincia de Córdoba”*.
Un momento apasionante para la educación es entre el siglo XVI y XVII, con el racionalismo (Descartes) y el empirismo (Hobbes, Locke, Bacon). “La educación se ve impregnada de darle al alumno elementos de comprobación empíricos”.
Llega el período de las revoluciones industrial y francesa y se defiende que “la educación tiene que ser libre”, aunque “falta mucho para que la mujer pueda acceder a sus derechos”.
En Argentina, introdujo a Manuel Belgrano, quien “en 1795 redactó la primera ley de educación gratuita, incorpora a las mujeres y redacta programas de estudio vinculados a lo práctico”.
“La revolución (de Mayo) amplía escuelas para niñas”. Relaciona esto con Pestalozzi, quien plantea “adaptar la enseñanza al nivel evolutivo del niño”. “Fue clave para la difusión de la educación a nivel masivo”, explicó.
A fines del siglo XIX, con la consolidación de los estados nacionales, se consolida el modelo del ciudadano. “La ley 1420, escrita por Sarmiento, establece educación gratuita, laica y obligatoria (...). Significó una lucha contra la Iglesia”, añade.
En los años 80, con el fenómeno inmigratorio, “había que formar ciudadanos, transmitir valores, enseñar la lengua, conformar un panteón nacional (...). La educación jugó un rol fundamental”.
Desde los 80 hasta los años 30 del siglo XX, hay auge de expansión educativa. “Aparece la radio como fenómeno masivo (...). El Estado no necesita tanto de la escuela como único medio de transmisión de valores”.
La crisis de los años 30 provoca “baja en el presupuesto educativo (...). El poder encuentra otros métodos para educar que no necesariamente pasan por la escuela”.
“Piaget marca la pedagogía de las décadas del 40 al 60”. Hoy se habla de eco educación, donde “lo experimental es fundamental y entendemos que estamos formando ciudadanos con derechos y obligaciones”.
Finalmente, “estamos viviendo cambios profundos, que hablan de la crisis del aula tradicional, previo a la pandemia”. El modelo unidireccional está en crisis. Se suma la educación a distancia, que “es una posibilidad enorme de democratizar la enseñanza”.
“En los años 70 se habló de educación permanente; hoy podemos hablar de enseñanza total (...). El acto de educar es 50 % nuestro y 50 % de nuestros alumnos. Es un acto compartido”, finalizó.