Por Magister Rodrigo J. Martínez Goyena – Docente Universidad Siglo 21
En julio de 2023, la Organización de las Naciones Unidas planteó la idea de que estamos viviendo la era de la ebullición global. Por lo tanto, los emprendimientos que vayan surgiendo en el presente se forjarán bajo este escenario coyuntural, teniendo una marcada consideración ambiental en su ADN. Es así como el emprender clásico se ve influenciado por el creciente emprendedurismo ambiental, logrando, en un futuro, una nueva transformación del vocablo emprender.
Estamos ante una transición del emprender tradicional hacia el emprendedurismo ambiental, el cual busca crear negocios rentables financieramente y que, al mismo tiempo, generen un impacto positivo en el medio ambiente, dando respuesta a desafíos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.
Las organizaciones se ven impulsadas a adoptar este enfoque debido a razones como:
la creciente conciencia sobre la responsabilidad social y ética,
la demanda de consumidores por productos y servicios sostenibles,
la presión de regulaciones gubernamentales más estrictas,
y la necesidad de innovación y competitividad.
Una situación particular que podría darse en muchas aulas universitarias sería la del profesor que llega al aula para dictar la materia Emprendedurismo, con estudiantes de múltiples carreras como Ingeniería en Software, Abogacía, Comercialización, Comercio Exterior, Criminología y Recursos Humanos, y que plantea la pregunta general:
¿Qué creen que es emprender?
Alguien podría responder diciendo que refiere a crear un negocio o una empresa, pero surge otra pregunta:
¿Emprender se refiere solo a crear un negocio y/o una empresa?
Con el paso del tiempo, el concepto de emprender ha tenido distintas interpretaciones:
En el Siglo XIII significó engendrar o tomar algo
En el Siglo XVI se refirió a quien se aventuraba al nuevo mundo
Y hoy se lo relaciona a un estilo de vida
¿Será posible que en un futuro el vocablo vuelva a sufrir cambios en su definición e interpretación?
La convicción que da origen al libro Emprendedurismo Ambiental es que toda organización deberá incorporar acciones ambientales para mitigar la ebullición global. Sin embargo, el principal desafío es cómo pasar de la idea a la acción, y para ello se desarrolló una metodología de trabajo con pasos para guiar a las personas en su proceso de ideación ambiental.
El emprendedurismo ambiental no solo promueve la protección del medio ambiente, sino que también puede:
proporcionar beneficios competitivos,
y satisfacer las demandas de consumidores cada vez más conscientes.
En América Latina, y específicamente en Argentina, hay varios casos de éxito en este ámbito:
Materiabiz: fabrica y comercializa productos biodegradables y compostables, como bolsas y envases, utilizando materias primas renovables. Su enfoque sustentable resuena en un mercado cada vez más consciente del impacto ambiental.
"Volver": promueve la economía circular a través del reciclaje de residuos electrónicos. Recogen dispositivos viejos, los desmantelan y recuperan materiales valiosos para su reutilización, reduciendo así el impacto ambiental de la basura electrónica.
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