Violencia de género en Argentina: Un diagnóstico preocupante y herramientas para la prevención
8 de enero de 2025
Según el informe de octubre del Observatorio de Femicidios Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2024, se registraron 225 muertes relacionadas con la violencia de género, lo que equivale a una muerte cada 28 horas.
Asimismo, se ha observado un incremento del 18% en las llamadas a la Línea 144 respecto al año anterior. Más del 60% de las consultas estuvieron relacionadas con violencia psicológica, seguidas por violencia física y económica.
Otro dato alarmante es que el 54% de las agresiones fueron perpetradas por parejas o exparejas de las víctimas, y el 60% de los asesinatos ocurrieron en el hogar de la víctima. Estas cifras reflejan una realidad crítica que se aleja de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU para 2030, en particular del ODS 5, que busca lograr la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas.
Ante este panorama, Belén Gauna, psicóloga, investigadora de Universidad Siglo 21 y directora del proyecto Inventario de Estereotipos de Género y Ejercicio de Violencia (IEGEV), advierte que la violencia de género se estructura en una dinámica de poder desigual. “Se produce un abuso de poder cuando alguien se posiciona por encima de otra persona y la somete”, explica.
El equipo de investigación liderado por Gauna, desarrolló un instrumento para medir creencias estereotipadas de género y su relación con la justificación de actos violentos. El estudio incluyó a 48 varones denunciados por violencia de pareja o expareja, con edades entre 21 y 60 años y niveles educativos que iban desde la primaria hasta la universidad completa. Ninguno presentaba indicios de patologías psiquiátricas.
Frases como “Los problemas de pareja son privados y se resuelven en familia”, “Las mujeres necesitan del cuidado y protección de un hombre” o “Si una mujer es mala madre, es sin dudas una mala persona” son ejemplos de creencias estereotipadas identificadas. Según Gauna, estas ideas no son inocuas: “Si un varón cree que una mujer mala madre es mala persona, actuará en consecuencia y ejercerá violencia. Si cree que todo debe resolverse en el ámbito privado, es más probable que los conflictos escalen de manera violenta”.
El estudio concluye que, a mayor cantidad de creencias estereotipadas, mayor es el riesgo de situaciones de violencia. Sin embargo, este diagnóstico no solo permite predecir escenarios de riesgo, sino también abordarlos de manera efectiva. “Reconocer estas creencias en terapia permite desarticularlas, flexibilizarlas y habilitar nuevos comportamientos no violentos”, afirma Gauna.
El objetivo del proyecto no es solo visibilizar esta herramienta innovadora, sino ampliar su aplicación en diversos contextos. En el ámbito clínico, los terapeutas pueden utilizarla para intervenciones más efectivas. En instituciones educativas, puede implementarse en actividades destinadas a identificar y desmontar estereotipos que perpetúan la violencia.
La investigación de Universidad Siglo 21 se presenta como una herramienta clave y efectiva, no solo para medir el riesgo de violencia de género, sino también para construir una sociedad más igualitaria. La erradicación de la violencia de género requiere esfuerzos integrales, y estudios como este aportan una base científica fundamental para lograr este objetivo.