La creciente necesidad de especialistas en comunicación humana en todo el país abre un escenario de enormes oportunidades para quienes eligen estudiar Fonoaudiología. Con un campo profesional en expansión y una gran demanda en instituciones de salud, educación y desarrollo comunitario, la disciplina se posiciona como una de las carreras con mayor proyección y sentido social.
Daina Rojos, Directora de la Licenciatura en Fonoaudiología de Universidad Siglo 21, analiza el panorama actual y explica por qué esta disciplina se convirtió en una profesión clave y de rápida inserción laboral.
“La Fonoaudiología es la ciencia que se ocupa de la comunicación humana en todas sus dimensiones: la voz, el lenguaje, el habla, la audición y la deglución”, explica Rojos. Y agrega: “Es clave porque permite algo esencial: que las personas puedan expresarse, comprender, aprender y participar plenamente en su vida social, educativa y laboral”.
Lejos de limitarse a lo clínico, el alcance de esta profesión atraviesa la educación, la salud pública, la cultura, la rehabilitación neurológica y hasta campos emergentes vinculados a la tecnología y los medios de comunicación.
En los últimos años, especialistas en todo el país observan cambios notorios en la aparición y el tipo de patologías comunicacionales. Según Rojos, “vemos más casos de demoras en el lenguaje, alteraciones fonológicas y dificultades asociadas al neurodesarrollo”. Otro dato llamativo es el crecimiento de patologías en adultos: “Aumentaron las disfonías por uso intensivo de la voz y los trastornos auditivos. Incluso la pandemia dejó secuelas en deglución, respiración y voz”.
La Directora advierte también que el contexto tecnológico influyó en los más pequeños: “La sobreexposición a pantallas modificó los patrones de adquisición del lenguaje en edades tempranas. Esto llevó a un aumento de consultas que no siempre encuentran profesionales disponibles”.
La frase se repite en hospitales, centros de rehabilitación y escuelas: faltan fonoaudiólogos. Y faltan cada vez más.
“Este déficit genera listas de espera, menor acceso a diagnósticos oportunos y retrasos en intervenciones que deberían ser tempranas”, afirma Rojos. La situación es especialmente crítica en el interior del país, donde muchas instituciones no logran cubrir cargos básicos. “Esto impacta directamente en el desarrollo infantil, en la rehabilitación neurológica y en los programas de salud auditiva”.
Paradójicamente, esta escasez convierte a la Fonoaudiología en una de las carreras con mayor inserción laboral inmediata: “La inserción laboral es prácticamente plena; muchos estudiantes tienen oportunidades incluso antes de recibirse”, señala.
Para quienes evalúan estudiar la carrera, Rojos destaca competencias clave:
La amplitud del campo profesional permite que cada estudiante encuentre su camino. Desde áreas clásicas —voz, habla, lenguaje, audición, deglución— hasta sectores emergentes como la voz artística, la comunicación digital, la neurorehabilitación o la implantología coclear.
“Hoy un fonoaudiólogo puede trabajar en hospitales, clínicas, escuelas, centros de rehabilitación, instituciones culturales, equipos deportivos o espacios de salud auditiva comunitaria. Es una carrera con pleno empleo y con posibilidades de especialización muy diversas”, resume Rojos.
También incorporamos la voz de estudiantes que hoy transitan la carrera. Una estudiante de primer año en la Sede Río Cuarto, lo explica así: “Me motivó poder ayudar a personas de distintas edades a rehabilitar alguna dificultad para comunicarse de forma cómoda y segura. La recomiendo al 100% si su objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas”.
A pesar de los desafíos actuales, el panorama futuro es optimista. “El futuro de la Fonoaudiología en Argentina es de expansión”, asegura Rojos. “Tenemos una demanda creciente, nuevas tecnologías, más conciencia social sobre la importancia de la comunicación y un campo profesional que está evolucionando rápido”.
Para la Directora, quienes elijan esta carrera hoy estarán frente a un escenario de oportunidades únicas: “Van a ser protagonistas de una transformación, con un rol clave en salud, educación y cultura”.