Día Internacional de la “No Dieta”

6 de mayo de 2022

05-06_dia-internacional-sin-dietas_comer-sano_m.jpg

Desde hace 20 años, cada 6 de mayo se conmemora el Día Internacional de la “No Dieta”; y si bien el término “dieta” incluye a todos los alimentos que forman parte de la alimentación diaria, su uso es generalmente aplicado a modos de alimentación restrictivos, limitantes y prohibitivos que llevan adelante, a veces con mucho pesar, personas con o sin enfermedades, que impliquen cambios de los hábitos de alimentación.

En muchos casos las “dietas” se desarrollan para alcanzar un “peso deseable” o “peso estético”, que no necesariamente se corresponda con el saludable, y aunque así lo fuera, el deseo por alcanzar ese peso no es impulsado por la convicción de estar saludables, sino empapado de la necesidad “ser” o “parecer”. Los cánones de belleza que la sociedad impone, conduce a que hombres y mujeres se encaucen en largas batallas de “victorias” y derrotas contra la balanza y el peso, cayendo muchas veces en conductas nocivas desde el punto de vista psicológico, físico y social.

En este sentido, el día Internacional sin Dietas busca romper con estos estereotipos, y entre alguna de las metas que propone se destaca la toma de conciencia entre la población para eliminar la discriminación hacia las personas que presentan problemas de sobrepeso, la erradicación de los cánones o estereotipos de belleza y la visibilización de las víctimas que han atravesado desórdenes alimenticios; éstas víctimas en algunos casos han quedado con secuelas o perdido la vida como consecuencia de cirugías para bajar de peso.

A pesar de la evidencia de que las “dietas” no logran alcanzar los objetivos de descenso y mantenimiento de peso sin la adquisición de nuevos hábitos de vida, aún siguen siendo promulgadas dietas de moda que prometen resultados milagrosos, adquieren numerosos adeptos y luego quedan en desuso siendo reemplazadas por otras que prometen pérdidas de peso más rápida y con menor esfuerzo, y donde la única y exclusiva responsabilidad sobre el “éxito” de esa dieta recae sobre el dietante; asegurando implícitamente que siempre y cuando asuma el “compromiso” y tenga una extraordinaria “fuerza de voluntad” todo saldrá según lo planeado.

Recae la responsabilidad sobre la persona que está atravesando una situación estresante como la que genera la abstinencia de comer cuando hay un deseo o una necesidad fisiológica, o comer sólo las limitadas calorías que caracterizan a las dietas restrictivas, y que muchas veces no alcanzan para desencadenar la sensación de saciedad, situación que forma parte del ciclo alimentario: hambre-Ingesta-Saciedad-Período de abstinencia-Nueva ingesta (cuando reaparece la sensación de hambre).

Según lo indica Sananés (2006) en su libro Alimentación fisiológica, las dietas restrictivas hacen sentir hambre y al mismo tiempo impiden saciarlo, esta situación exagera el deseo de comer; y cuando el deseo no se satisface se transforma en compulsión o impulso irrefrenable por comer; se alternan períodos de excesos y abstinencia y se producen los rebotes en el peso y con cada rebote el peso inicial tiende a ser mayor.

Se genera entonces un círculo vicioso: el deseo de perder peso invita a las personas a iniciar dietas que en general atienden sólo a las calorías totales y no respetan los deseos o los gustos, son restrictivas desde lo nutricional a lo emocional, desencadenando un deseo exacerbado por comer que se materializa en ingestas compulsivas, no mediadas por la voluntad; como consecuencia sobreviene la culpa, recriminación, angustia y depresión.

Estas situaciones conducen a cuadros obsesivos por el peso corporal, lo que acrecienta más la necesidad de encontrar una dieta mágica, por lo que la persona se expone aún más a las influencias de las dietas de moda y se dispone a llevarla adelante a cualquier precio.

La “No Dieta” implica reconocer que el acto de comer no se limita al plano nutricional, sino que se entrelaza con nuestras emociones, vivencias y recuerdos; con la sociedad y cultura en la que somos parte, con nuestras maneras de pensar, vivir e identificarnos; con los aprendizajes construidos a lo largo de la vida.

La “No Dieta” implica reaprender a alimentarnos según nuestras necesidades fisiológicas como lo hacían los hombres primitivos, que no tenían sobrepeso, obesidad o enfermedades metabólicas asociadas. Invita a reencontrarse con las señales del cuerpo, interpretarlas y tomar decisiones alimentarias conscientemente, pero siempre disfrutando el comer y los platos de comida.

La alimentación debe ser un acto placentero, alimentarse es nutrir el cuerpo y cada uno de nuestros sentidos; es nutrir vínculos y el desarrollo de la vida misma.

Profesoras: Noelia Ruatta; María José Rojas y Natalia Cervilla. Licenciatura en Nutrición, Universidad Siglo 21

Tags