Docente de Siglo 21 participó de un Congreso Internacional sobre Infancia y Adolescencia

15 de marzo de 2022

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Una profesora de la Universidad Siglo 21 participó del Pre-Congreso Mundial por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia, realizado los primeros días de febrero, en Barcelona, y, además, publicó en un libro que salió en diciembre sobre derechos de la adolescencia LGTBIQ+

Gimena González Salas es Lic. en Psicología, Coach ontológica y Diplomada en Innovación Educativa y en Equidad de Género y Prevención de la Violencia, por Universidad Siglo 21. Además, da clases en las materias “Aprender en el Siglo 21”, correspondiente al ingreso, y “Negociación y Trabajo en equipo”, asignatura de la Tecnicatura en Responsabilidad y Gestión Social.

Entre el 7 y 9 de febrero participó del Pre-Congreso Mundial por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia, en la Universidad de Barcelona, que es la antesala del IX Congreso Mundial que se realizará en Córdoba, en noviembre. Este evento se realiza desde el año 2003, con una distancia de 2 años y en diferentes países del mundo. Previo a la celebración oficial del Congreso, se realizan en ciertos países los pre-congresos de esta índole.

Los ejes que se abordaron estuvieron vinculados a los “aspectos socio jurídicos de la identidad LGTBIQ+ en la infancia y la adolescencia”, “el derecho de la niñez a crecer en entornos libres de violencia LGTBIQFÓBICA” y también hubo lugar para hablar de “entidades y familias unidas por la igualdad, la justicia social y la no discriminación”.

Gonzáles Salas participó de la mesa “Hacia una cultura de respeto en la diversidad” que abordó el respeto y la igualdad en todos sus ámbitos de desarrollo.

Por otra parte, en diciembre del año pasado, salió a la luz el libro Buenas prácticas y prevención en materia de derechos de la adolescencia LGTBIQ+, impulsado por la Concejalía de Servicios Sociales, Igualdad y Políticas Inclusivas del ayuntamiento de Bigastro, una administración local de poco más de 7.000 habitantes en la provincia de Alicante (España) y dirigido a toda la comunidad en general, aunque con hincapié en la adolescencia LGTBIQ+, “una de las grandes damnificadas que sufren agresiones por homofobia, lesbofobia, transfobia o bifobia de forma silenciada”.

El material incluye “capítulos que evocan la obligación de visibilizar a la infancia y adolescencia LGTBIQ+ como colectivo con necesidades propias no atendidas y cómo se están vulnerando ciertos derechos básicos, que se promueva frente a conductas de LGTBfobia acciones y medidas que respeten su identidad, incidir en la superación del binarismo, apostar por políticas públicas de acción comunitaria con educación, tolerancia y respeto frente a discriminaciones de la sociedad, que solo se puede combatir la imposición de etiquetas y estigmas con la conciencia social y en edades tempranas, que no podemos quedarnos únicamente en la prohibición de cualquier muestra de discriminación”, explica la autora de uno de los capítulos.

Además, menciona que hay un capítulo completo dedicado a “programas que se han llevado a la práctica, y pueden replicarse para disfrutar de una ciudadanía activa y comprometida por la igualdad de los derechos desde la pequeña niñez y adolescencia”.

Cultura digital de apoyo a las víctimas

El capítulo escrito por Gimena González Salas se llama "Redes sociales y orientaciones específicas para una cultura digital de apoyo a las víctimas LGTBIQ+". Allí, hace referencia al mundo digital, y “cómo genera gran dependencia en los seres humanos indistintamente de la edad que se tenga”.

Al respecto, expresa la autora: “Aunque las redes sociales como Instagram, Facebook, Twitter, TikTok y los sistemas de mensajería como WhatsApp, muestran mayor atracción y permanencia en los jóvenes, ya que su funcionamiento implica la interacción inmediata por lo que esta actividad genera placer o diversión, lamentablemente ya existen casos de adicción tecnológica, donde hay personas que se están rehabilitando por haber padecido esta adicción a las tecnologías”.

Además, el capítulo explica los motivos por los cuales estamos tan seducidos por las pantallas, no solo por el contenido interactivo sino que entran en juego otros factores, como por ejemplo “las emociones que generan ciertos mensajes, el momento del día en que se consultan”, lo que puede desencadenar “otras conductas de permanencia frente a la pantalla”.

Por otro lado, la docente de Siglo 21 advierte sobre la “violencia en las redes sociales y los discursos de odio que se manifiestan todo el tiempo hacia diferentes personas, en diversas modalidades, tales como insultos, difusión y divulgación de imágenes privadas e íntimas, amenazas en diferentes grados, sobornos, comentarios de carácter discriminatorio hacia otras personas independientemente de su género”.

Desde su perspectiva, este tipo de acciones que acontecen en el mundo digital, crea en la persona que es víctima “sentimientos de vergüenza, degradación de la propia persona, instancias de sometimiento, sentimientos de vergüenza, culpa, sentimientos de humillación, problemas en su conducta, mayor ansiedad, deterioro de su autoestima y mucha depresión”, lo que en casos más extremos puede conducir a un suicidio.

Cómo actuar

Ante esta situación de hostigamiento u acoso a través de las redes sociales, González Salas brinda algunas recomendaciones, tales como:

-Denunciar todo acto de incitación al odio al género y al sexo, ya que son las autoridades las que deben ayudar a dar respuesta a la víctima.

-Evitar contestar a publicaciones que alimenten al agresor a seguir haciéndolo.

-Preservar toda la información que esté relacionada al hecho y ponerla a disposición de la autoridad.

-Frente a un caso de discriminación, incitación al odio, entre otros, solicitar asesoramiento y denunciar.

Además, recuerda que “a dicha denuncia la puede realizar la propia víctima o cualquier otra persona testigo o que tenga conocimiento de un incidente por LGBTfobia”.

Finalmente, indica que “el abordaje e intervención con las personas que han sido víctimas, debe basarse en el apoyo, contención, acogida, aceptación y por lo tanto ausencia de los juicios y prejuicios sobre la situación, porque de lo contrario pueden generarse situaciones de agravamiento y revictimización en las personas que han atravesado este tipo de violencias”.

También señala la importancia de “transmitir a la víctima seguridad y contención, para que se sienta en un ambiente tranquilo que incremente su confianza y pueda afirmar que allí sí habrá confidencialidad y resguardo de la información que comparta”.

Por otra parte, sugiere que los profesionales incorporen las diversas perspectivas de género, “ya que hoy en día es fundamental, además de ser una obligación ética, moral y presentar un alto compromiso social, en pos de deconstruir ideologías, posturas y pensamientos asociados al género”.

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