Escuela de Posgrado

Empresas de triple impacto: la rueda que comienza a girar

28 de diciembre de 2021

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Una nueva economía no solo es posible, sino que es necesaria. Crece el número de empresas que, además de tener objetivos de rentabilidad, amplían su propósito y orientan los esfuerzos a provocar un impacto social y ambiental positivo.

¿Llegará el día en que el sistema financiero brinde créditos a diferentes tasas de interés según una empresa sea de triple impacto o no? ¿Los gobiernos tendrán en cuenta este aspecto a la hora de contratar empresas?

El solo planteo de estos interrogantes permite vislumbrar que la rueda está en marcha y su recorrido es virtuoso. Para la sociedad, el medio ambiente y las mismas compañías.

En un mundo con urgencias, numerosas empresas dan el salto de protagonismo y forman parte activamente de la construcción de una sociedad más justa e inclusiva. Lo hacen poniendo al propósito empresarial socioambiental en el centro del modelo de negocio.

“El comportarse como una empresa B tiene también sus beneficios económicos. Existe evidencia por ejemplo de que las empresas que implementan prácticas estratégicas de triple impacto experimentan menos pérdidas y tienen resultados más estables. Son más flexibles y resilientes, tienen mayor capacidad para atraer y retener talentos”, asegura Mgter. Carina Marques Bertinatti, Directora de la Maestría en Administración de Empresas (MBA) de Siglo 21.

“No solamente creo que puede ser considerada una fuente de ventajas competitivas, sino que más bien considero que es el desafío principal que van a tener que tener las organizaciones en el futuro cercano, el empezar a pensar su valor y el valor ofrecido desde una perspectiva de triple impacto. Además, hay grupos de consumidores que ya se denominan consumidores B. Al momento de la toma de decisión, tienen muy en cuenta cuál es el origen real y el desempeño de esa organización”, señala Mgter. Consuelo Avalos, docente de Práctica Profesional y Coordinadora del MBA.

Las especialistas, que participaron del Ciclo de Conversaciones con Expertos, coinciden en que este cambio de paradigma cuestiona el significado y hasta la medida de lo que veníamos considerando como éxito empresarial. El éxito empresarial ya no se mide entonces solamente por los réditos económicos sino por el bienestar de las personas, la comunidad y el medio ambiente.

“Yo no puedo hablar de triple impacto si sé que parte de mis proveedores están fuera de estos principios. No puedo hablar de triple impacto si internamente no cuido mi personal o no lo tengo en regla, o no pago mis impuestos. Es una modificación que va a agregar valor a todos los escenarios del mercado que empiecen a asumir este desafío de la gestión de triple impacto. Va a hacer empresas mejores”, agrega Avalos.

Marques Bertinatti repasa cifras que demuestran el avance de las empresas que impactan social y ambiental de manera positiva: “Según el sitio web de Sistema B Internacional, existen actualmente 4077 empresas B certificadas en el mundo, de las cuales 736 corresponden a América Latina. Por su parte, a fines del 2020 la cantidad de empresas B certificadas (por la organización sin fines de lucro B Lab) en Argentina ascendió a 128. Un dato adicional es que, a pesar de la pandemia, la comunidad de empresas B en Argentina creció un 17% el 2020 respecto del 2019”.

“Parece que es un camino que ha empezado a consolidarse a paso firme y lo cierto es que una empresa puede reconvertirse o nacer a la luz del triple impacto, decida o no certificarse”, complementa.

Conocé más sobre el proceso de certificación y las experiencias de Carla Grasso y Miguel Lapilli, quienes egresaron de la Maestría en Administración de Empresas luego de abordar el triple impacto en sus tesis.