Género
“Las efemérides están para señalar que todos los días ocurren este tipo de cosas”
23 de septiembre de 2021
En el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, compartimos el testimonio de Natalia Ramallo, estudiante de Abogacía en la Universidad que forma parte del colectivo Vivas Nos Queremos.
El calendario anual tiene marcado el 23 de septiembre en rojo. Año tras año, se renueva la necesidad de visibilizar y alertar sobre la existencia de un flagelo como la trata de personas. En Argentina y el mundo, mujeres, niñas, niños y varones son cooptados con fines de explotación sexual o trabajo forzoso. Según el Comité por el Programa Nacional de Rescate, desde el 1 de enero al 31 de agosto de 2021 fueron rescatadas y asistidas mil víctimas de trata en 20 provincias: 68% por explotación laboral y 21% por esclavización sexual.
Hacer un alto y poner el foco en la problemática no tiene otro motivo más que reforzar sobre la importancia de prevenir la trata; rescatar, asistir y proteger a las víctimas, como así también sancionar a tratantes.
Desde Villa de Las Rosas, provincia de Córdoba, Natalia Ramallo nos cuenta su historia. Ella se encuentra en el tercer año de la carrera de Abogacía en la Universidad Siglo 21 y, a sus 47 años, sueña con alcanzar el título a los 50. ¿Con qué objetivo? No lo duda: sumar más herramientas para la tarea de acompañamiento primario y asesoramiento jurídico que viene desarrollando desde 2015 en Vivas Nos Queremos y, más acá en el tiempo, también en la Mesa de Derechos Humanos.
“Yo llegué al estudio del Derecho por mi anhelo de hacer llegar justicia social, paz social y seguridad a aquellas personas que, generalmente, tienen pocos recursos. He tenido experiencias personales que me han traído al momento de hoy. También he podido acompañar a personas en esas mismas situaciones y me di cuenta que necesitaba conocer para poder defenderme y ayudar a otras personas”, relata.
“Todas las personas que hemos llegado a tener actividad en estas organizaciones, hemos sido empujadas por experiencias personales. Creo que este factor personal experiencial es fundamental para darse cuenta por qué estás en el lugar en que estás, por qué querés hacer lo que estás haciendo. Esas experiencias me han hecho empatizar y reflejarme muchas veces en los casos que he acompañado. He sentido esa misma impotencia, esa misma falta de recursos, esa injusticia en otras personas. Está todo por hacer”, continúa Natalia.
Y en ese todo por hacer, la estudiante de la Universidad nos comparte su visión, un análisis que no pretende ser una conclusión terminante sino la mirada de alguien que está involucrada en la temática y es consciente de que hay muchas aristas a mejorar para un efectivo combate contra el delito de trata.
“Están los instrumentos legales dados y vigentes para que las personas que administran la Justicia adquieran los conocimientos y la perspectiva para abordar correctamente la temática. Se trata de un interés social, pero es clave democratizar la Justicia y hacerlo con perspectiva de género. A pesar de haberse puesto en vigencia la Ley Micaela, sigue habiendo muchísima resistencia de parte de los órganos judiciales, de parte de las instituciones subsidiarias del sistema de Justicia. Hay mucha dificultad. Es cultural, social y política”, señala Natalia.
“Realmente, está burocratizado y dificultoso el acceso a la Justicia. Hay leyes y normativas específicas sobre el acceso a la Justicia para personas sin recursos, pero los trámites son largos y los recursos humanos y materiales muy limitados. Al día de hoy se revictimizan a las personas cuando llegan los casos a tribunales. Este combo es alarmante… se trata de personas”, añade.
Natalia, que eligió la modalidad Distribuida Home para alcanzar su título universitario sin abandonar su localidad y rinde sus exámenes en el Centro de Aprendizaje Universitario de Villa Dolores, considera que la prevención es la herramienta esencial para combatir a un delito muy complejo. En ese sentido concluye: “Las efemérides están para señalar que todos los días ocurren este tipo de cosas. Es fundamental prevenir para evitar entrar en las estadísticas. Por su metodología y complejidad, son delitos muy difíciles de resolver. Hay miles de personas desaparecidas actualmente. Yo creo que los Estados y la sociedad les debemos respuestas a esas familias y soluciones para aquellas personas que sufren estas experiencias”.