En Argentina se pierden y desperdician 16 millones de toneladas de alimentos por año

29 de junio de 2023

**Según el informe de Naciones Unidas sobre seguridad alimentaria y nutricional en 2022, aproximadamente el 22,5% de las personas en América Latina y el Caribe no cuentan con los recursos necesarios para acceder a una dieta saludable.**

Sorprendentemente, esta región representa el 20% de la cantidad global de alimentos que se pierden desde la fase posterior a la cosecha hasta el nivel minorista, de acuerdo al informe de la ONU sobre Agricultura y la Alimentación. En Argentina, la situación también es alarmante, ya que se desperdician y pierden alrededor de 16 millones de toneladas de alimentos cada año, según datos obtenidos por la dirección de Agroalimentos de la secretaría de Agricultura.

En este contexto, el proyecto de investigación de Universidad Siglo 21 Desperdicios de frutas y hortalizas en comercios minoristas (verdulerías) de la ciudad de Córdoba, liderado por Gerardo Gasparutti, se centra en analizar esta situación y encontrar soluciones. Es necesario resaltar que pérdidas y desperdicios no son sinónimos. Las pérdidas se generan en los primeros eslabones de la cadena: producción, procesamientos y transporte, mientras que los desperdicios se generan en los eslabones de comercialización y consumo.

Los resultados de la investigación muestran que aproximadamente el 15% de las frutas y hortalizas disponibles en los 88 comercios relevados se desperdician. Este desperdicio está estrechamente relacionado con la estacionalidad, especialmente en épocas de temperaturas altas como la primavera y el verano. Las frutas más desperdiciadas son la banana y la frutilla, mientras que, en el caso de las hortalizas, las verduras de hoja y el tomate encabezan la lista. Las principales causas de desperdicio son el exceso de maduración y las lesiones o cambios en la apariencia, ya que los productos no cumplen con los estándares estéticos exigidos por los consumidores.

Además, se observó que el 97% de los comercios encuestados desechan los alimentos desperdiciados como basura o residuos, mientras que solo el 3% realiza donaciones o distribuciones de los productos no vendidos. También se identificó una falta de condiciones adecuadas de almacenamiento, debido a que la mayoría de las frutas y hortalizas se almacenan a temperatura ambiente y sin una ventilación adecuada.

En ese sentido, Gasparutti, resaltó que el problema de la pérdida y el desperdicio de alimentos no solo implica derrochar recursos, sino que también impacta en el medio ambiente y la economía. Los recursos utilizados en la producción de alimentos, como suelo, nutrientes, agua, energía, insumos, maquinaria, combustibles, mano de obra, infraestructura, envases, materiales de embalaje, refrigeración y medios de transporte, se pierden junto con los alimentos desperdiciados.

“En América Latina, donde aún existen 47 millones de personas que padecen hambre, no podemos permitirnos desperdiciar alimentos. Es necesario tomar medidas urgentes y colaborar en la implementación de soluciones que reduzcan la pérdida y el desperdicio, aprovechando los recursos de manera responsable y garantizando la seguridad alimentaria de todos”, finaliza el investigador. Ante esta realidad, el proyecto de investigación de la Universidad Siglo 21 busca proponer alternativas y soluciones para mejorar la eficiencia en este segmento de la cadena agroalimentaria. Además de identificar las causas del desperdicio, se enfoca en formular acciones que permitan reducir progresivamente esta problemática de manera efectiva y sostenible.