Escuela de Posgrado

El autoconocimiento, clave para abrirse al mundo

12 de abril de 2022

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La Diplomatura en Liderazgo Coach e Inteligencia Emocional apunta al crecimiento personal y la capacidad de liderazgo. La periodista Martina Rua cuenta por qué la eligió y qué le aportó a su vida.

“Creo fuertemente en el desarrollo de las habilidades humanas para tener posibilidades en este mundo incierto”, dice Martina Rua. Periodista, mamá de Francisco, egresada de la Universidad de La Matanza y de la Pompeu Fabra, eligió la Diplomatura en Liderazgo Coach e Inteligencia Emocional de Siglo 21 porque considera que “más allá de las habilidades técnicas, que son completamente necesarias y requieren un aprendizaje permanente, las habilidades humanas o sociales cobran cada vez más importancia y entre ellas, el autoconocimiento para poder salir hacia los demás”.

La formación se desarrolla a lo largo de siete meses ya sea con modalidad presencial o educación distribuida. Martina optó por la presencialidad. “Las instancias presenciales me parecieron sumamente ricas, me invitaron a abandonar prejuicios, a poner el cuerpo, el corazón, la mente, a abrirme a la divergencia de miradas”, señala.

Uno de los aspectos que destaca de la Diplomatura es “conocer los perfiles tan distintos de los compañeros que llegan con experiencias, profesiones, a procedencias, ideas distintas”. “Eso enriquece, abre y es una de las mejores cosas que me dio la Diplo: poder pensar al liderazgo y el autoconocimiento a través de cómo se iban transformando mis compañeros”, afirma.

Además, asegura que observar los cambios en sus pares fue impactando en su conocimiento. Al respecto, la periodista especializada en innovación y tecnologías sostiene que uno de los principales aprendizajes que le brindó la formación es “la importancia de la asertividad y de pasar por el cuerpo las cosas para que realmente sean carne, para que sean cotidianas”.

Si bien en su rol como periodista que investiga la innovación y productividad de la tecnología está acostumbrada a “estudiar todo el tiempo” para desempeñar sus tareas, considera que toda esta formación “complementó” su perfil más bien técnico y la “obligó a mirar hacia adentro para luego salir con más claridad, con más asertividad, y con más manejo de las prioridades”.

“También aprendimos a ordenar lo que sí se puede hacer, lo que no se puede hacer, cómo, con quién”, explica.

Finalmente, Martina dice que “recomendaría la Diplomatura para cualquier persona que esté pensando en cómo comunicarse mejor, pero que esté dispuesta a conocerse”.

Describe el trayecto como “un camino sinuoso, donde uno va encontrando cosas que le gustan y que no, pero poder mirarlas, reconocerlas, saber que desde ahí partimos pero que hay mucho que se puede trabajar y transformar, solos y con otros es otro de los grandes aprendizajes que me llevo: saber que no estamos solos, que hay gente acompañando, a la que se le puede pedir ayuda”, concluye.