Tras el éxito de las empresas familiares

“El 80% de las empresas en Argentina son familiares y, de ese total, la gran mayoría mueren del pasaje de la segunda a la tercera generación”, explica Alejo Bastini, licenciado en Administración Agraria y egresado de la Especialización en Gestión y Gobierno de Empresas Familiares de Siglo 21.

El joven, de 30 años, que se dedica a asesorar a empresas familiares en el aspecto comercial y administrativo decidió formarse para profesionalizar aún más sus conocimientos.

“La Especialización me aportó muchísimas herramientas para volcarlas a mi trabajo y a la empresa de mi familia. Me permitió cerrar ideas previas que yo tenía, de leer libros, páginas web sobre todo de España y de México que son pioneros -y muy buenos- en esta temática”, explica.

Alejo está en el tema desde que nació, ya que es la tercera generación de una empresa familiar del rubro agropecuario. Esto también motivó la elección de la carrera, para “obtener conocimientos e incluirlos en la empresa familiar”, explica.

Sin embargo, en la actualidad, su padre y su tía están en la gestión y él brinda asesoramiento. “Siempre me gustó esa parte, es mi granito de arena para que las empresas funcionen mejor”, dice.

Durante los dos años y medio que cursó y realizó la tesis, Alejo trabajaba en una empresa, que le permitió tomarse un día de estudio para cursar y llevar al día la carrera.

“Yo le recomendaría esta formación a aquellas personas que buscan profesionalizar una empresa ya sea desde afuera, como asesores, o que son forman parte de alguna de las generaciones de su propia familia o de la familia política”, señala.

En ese sentido, advierte que “hay muy pocas empresas familiares que llegan a la tercera generación o pueden pasar a la cuarta, generalmente por una cuestión de edad. Se acerca el momento en que toman la gestión los jóvenes y hay una gran diferencia en ideas, en tecnología, en proyectos entonces lo que buscan es querer innovar y muchas veces las generaciones anteriores no se lo permiten”.

“Es muy importante que aquella persona que pertenece a una empresa familiar pueda capacitarse para obtener herramientas y brindarlas en su empresa y generar la administración más rica posible, con un buen ambiente entre las distintas generaciones, lo que genere como resultado la trazabilidad de la empresa año tras año, para evitar formar parte del gran porcentaje de empresas familiares que mueren del paso de la segunda a la tercera generación”, concluye.