La Importancia de la Psicología Jurídica Organizacional Integrada a los Procesos Investigativos de la Criminología Corporativa

Por PhD Javier Morales, especialista en neurocognición aplicada a delitos financieros y criminología corporativa. Speaker invitado Universidad Siglo 21

En un mundo cada vez más atravesado por delitos financieros, piratería digital y violaciones sistemáticas a la propiedad intelectual, la necesidad de una mirada interdisciplinaria para entender y prevenir el crimen corporativo es más urgente que nunca. La Psicología Jurídica Organizacional, cuando se articula con la Criminología Corporativa, se convierte en una herramienta estratégica para comprender los factores humanos, éticos y estructurales que favorecen o permiten conductas ilícitas dentro de las empresas.

La Criminología Corporativa se enfoca en el estudio de las dinámicas delictivas que surgen desde o dentro de las organizaciones. Analiza cómo ciertos entornos facilitan la corrupción y cómo algunos sistemas internos pueden encubrirla o incluso legitimarla. No se trata únicamente de fraudes contables o lavado de dinero: también entran en juego la piratería industrial, el robo de marcas y la creación de redes que atentan contra los derechos de autor y el valor económico de la innovación.

Pero para entender cómo se gestan, toleran o ejecutan estos delitos, es clave incorporar el análisis del factor humano. La Psicología Jurídica Organizacional aporta una mirada específica sobre los procesos de toma de decisiones, la cultura ética empresarial, las racionalizaciones de conductas desviadas y las dinámicas de poder que pueden incubar delitos dentro de las estructuras corporativas.

En entornos organizacionales con jerarquías rígidas, ausencia de canales de denuncia o culturas basadas en la impunidad, es común que emerja un fenómeno conocido como neutralización moral. Este mecanismo, identificado ya en los años 50 por Sykes y Matza, permite que los individuos justifiquen sus acciones ilegales bajo argumentos como “todos lo hacen” o “lo hice por el bien de la empresa”.

Cuando las estrategias de protección de marcas son débiles o meramente reactivas, el terreno se vuelve fértil para la piratería comercial. Desde la psicología, se pueden detectar discursos justificativos dentro de las organizaciones, evaluar el clima ético e incluso construir perfiles de riesgo conductual. Esta sinergia entre el análisis psicológico y las herramientas de la criminología permite no solo detectar los delitos, sino también comprender su origen estructural y prevenir su repetición.

No alcanza con cumplir normas o implementar auditorías legales: los protocolos de compliance y protección de la propiedad intelectual deben incorporar una mirada conductual. En este sentido, modelos como el PCI-CDEM (Perfil Cognitivo Investigativo aplicado al Modelo de Escalada de Decisiones Criminales) ofrecen una aproximación novedosa, que integra neurociencia, cognición jurídica y análisis forense para anticipar patrones delictivos en contextos empresariales.

 En tiempos donde el crimen corporativo muchas veces se disfraza de eficiencia o se oculta detrás de estructuras burocráticas, integrar la Psicología Jurídica Organizacional a las investigaciones criminológicas no solo representa una innovación metodológica. Es, ante todo, una necesidad.