25/11/2025 5 min para leer

La experiencia transformadora de un programa pensado para mujeres

La experiencia transformadora de un programa pensado para mujeres
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En un mundo profundamente competitivo —y todavía moldeado por lógicas masculinizadas— las mujeres seguimos enfrentando desigualdades que atraviesan nuestras trayectorias profesionales. Brechas salariales, dificultades para acceder a puestos de decisión, expectativas desmedidas sobre nuestro desempeño y la carga invisible del cuidado son solo algunas de las barreras que aún persisten. Por eso, cuando pensamos este programa de formación para mujeres que lideran, lo hicimos desde una convicción profunda: no se trata solo de preparar a profesionales, sino de habilitar espacios donde podamos reconocernos, potenciarnos y construir redes que sostengan nuestro crecimiento.

El programa nació con esa intención, como un sueño de María Belén Mendé, quien, como líder, deseaba abrir camino a las generaciones que vienen. Porque para ella, como para tantas otras que fueron “la primera de” o “la única mujer en tal posición”, el camino fue a fuerza de impulso, trabajo extra, y una voluntad inquebrantable para aprovechar al máximo cada oportunidad, cada desafío, cada mano que tendía un puente. Queríamos que quienes hoy están construyendo y afianzando su camino cuenten con un espacio que las potencie, aprendiendo a reconocer y combatir sesgos de género, a crear lazos, a armar redes de soporte.

Cada encuentro de Lead Up fue un espacio de intercambio honesto, de debate, de herramientas concretas, pero también de acompañamiento. Ver cómo las participantes se animaban a desafiar estereotipos, a fortalecer su posicionamiento, y a proyectarse con mayor seguridad fue, sin duda, la mayor recompensa para quienes trabajamos en llevar adelante esta iniciativa.

A lo largo de las semanas, recibimos devoluciones que me emocionaron, y que dan cuenta del impacto concreto que fue teniendo esta experiencia:

"No habrá un momento en mi vida en el que me puedan convencer de que no vale la pena invertir en uno mismo. LeadUp llegó a mí en un momento justo, donde las preguntas sobre el futuro a veces parecían más grandes que mi capacidad para manejarlas en el presente. A través de talleres y sesiones de mentoría, volví a naturalizar algo invaluable: apoyarse entre mujeres siempre deja un balance positivo. Durante las 13 semanas de duración de LeadUp, pude reforzar conceptos y herramientas que toda profesional necesita. También pude permitirme tener la humildad de desaprender formas de pensar que ya no me sirven. Y para que todo eso fuera más completo aún, pude compartirlo con otras mujeres que atraviesan sus propios desafíos, y escuchar sobre otros caminos, algo sumamente enriquecedor. Estoy muy orgullosa y satisfecha de haber invertido estas 12 semanas en mí; me voy con una red más grande, nuevos horizontes por explorar, y la motivación renovada para seguir creciendo como profesional y como persona.”

Eliana Vidal, Google, Irlanda.


Lo que encontré fue más que un programa académico. Para mí fue un espacio que combinó formación sólida, mucha reflexión interna y el acompañamiento de una comunidad de mujeres con desafíos similares. Trabajé mucho sobre el autoconocimiento, comprendiendo mejor mi estilo de liderazgo, mis fortalezas y aquellas áreas que necesitaba potenciar. Los módulos de comunicación y marca personal fueron especialmente interesantes: me brindaron herramientas concretas para gestionar conversaciones difíciles y pensar a conciencia qué imagen quiero proyectar, así como reflexionar sobre el desarrollo de mi “personal Brand”.

Uno de los aspectos más enriquecedores fue la dinámica de mentoring y networking. Compartir con otras colegas, escuchar sus experiencias, sus miedos y sus logros, me dio una perspectiva nueva. Me ayudó a validar mis propias emociones y a entender que el desarrollo profesional también es un camino colectivo donde acompañarnos multiplica los resultados.

Aun así, sé que el crecimiento no termina acá. Me llevo de Lead Up un crecimiento que es tanto técnico como humano: herramientas para liderar mejor, una red inspiradora y la convicción de que invertir en el desarrollo del liderazgo femenino genera un impacto profundo dentro de las organizaciones”.

Soledad Alvarez, Fratelli Branca, Argentina. 


“El programa me impulsó a detenerme y preguntarme con honestidad hacia dónde quiero ir, qué me apasiona y cómo puedo construir ese camino junto a otras mujeres. Aprendí herramientas concretas para ganar visibilidad, hacer networking con intención, negociar con seguridad y empoderarme desde una mirada estratégica y con perspectiva de género. Me ayudó a setear expectativas claras con mi equipo y a identificar sesgos de género —propios y del entorno— para abordarlos con datos y conversaciones efectivas. Un aspecto clave fue el acompañamiento del equipo: me guiaron con generosidad y me compartieron herramientas prácticas. Su experiencia y mirada crítica me inspiraron a liderar con autenticidad y a tomar decisiones más estratégicas. Lo más valioso fue la red: el mentoring y los vínculos que construimos, que me demostraron que juntas avanzamos más lejos. Salgo del programa con mayor autoconocimiento, un plan profesional alineado a mi propósito y la convicción de seguir creciendo y elevando a otras mujeres en el camino”.

Luisa Castellanos, MSD, Colombia.

Estos testimonios son el reflejo de todo aquello que nos propusimos lograr: un espacio genuino de formación, pero también de transformación.

 

Hoy me quedo con el orgullo de haber trabajado junto a un equipo de excelencia, que llevaron adelante la facilitación de los encuentros y los círculos de mentoreo, y con la enorme generosidad de líderes de las principales compañías internacionales, que compartieron sus experiencias mano a mano con el grupo. Y agradezco enormemente el apoyo de un Advisory Board de mujeres extraordinarias: comprometidas, sensibles, rigurosas, que nos acompañaron con generosidad y visión estratégica. Ellas fueron parte fundamental del corazón del programa, y sé que aún queda mucho por construir.

Cerramos este ciclo con la certeza de que este fue el primer paso en la construcción de un ámbito universitario que trabaja codo a codo con las compañías para cerrar las brechas de género y lograr la paridad en las mesas de decisión.

Queda mucho aún por hacer, y creemos que podemos —y debemos— impulsar acciones como Lead Up, porque las líderes del futuro necesitan espacios donde su voz se amplifique, donde su poder se nutra, y donde la sororidad sea motor de cambio.

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