Capitalismo, homoplutia y futuro del ascenso social
Las mayorías sufren trabajos precarios y se encuentran salarialmente estancados o en transiciones difíciles hacia una etapa de gran incertidumbre.
Por el Mgter. Andrés Pallaro, Director del Observatorio del Futuro de Universidad Siglo 21 | Publicada por Infobae.
Mucho se ha reflexionado acerca de las clases sociales, las dinámicas de ascenso y descenso social y los sistemas que pueden favorecer o entorpecer situaciones de equidad entre las personas. En nuestros días, el debate hace foco en las capacidades del capitalismo —que predomina en el mundo en sus distintas formas y variantes— para recrear las condiciones de ascenso social de personas corrientes.
El impulso hacia el progreso personal a partir del esfuerzo, el mérito y la perseverancia es precisamente aquello que más exitoso hizo al capitalismo a lo largo de la historia. Pero en los últimos 30 años, las evidencias más confiables comenzaron a reflejar curvas de desigualdad crecientes y estancamiento de los sectores de ingresos medios y bajos.
Thomas Piketty y Branko Milanovic son dos de los economistas que más conocimiento reciente han generado sobre el tema. También Dani Rodrik, Carlota Pérez, Mariana Mazzucato, Esther Duflo, Paul Collier, Raj Chetty y Daron Acemoglu han realizado aportes significativos. El común denominador: el ascenso social es una posibilidad cada vez más lejana para millones de personas.
No hace falta declararse socialista o reivindicar a Karl Marx para convalidar las evidencias que están ante nosotros. Piketty explica cómo las tasas de retorno del capital crecen más rápido que las economías, mientras que Milanovic muestra cómo la desigualdad se multiplica por el acceso privilegiado a trabajos mejor remunerados y niveles educativos altos.
El autor serbio llama “homoplutia” a este fenómeno, del griego “homo” (igual) y “plutos” (riqueza): los ricos son cada vez más ricos porque ganan en doble vía —capital e ingresos laborales de alto impacto.
La ciencia económica ya ofrece suficientes evidencias como para enfocarnos en nuevas soluciones. A nuestro criterio, ninguno de los factores de desigualdad actuales son esenciales e inmutables del capitalismo. Por ende, son corregibles dentro del marco de la economía de mercado, la propiedad privada y la innovación tecnológica.
Sobre esta plataforma pueden y deben implementarse diseños, estrategias y regulaciones para un mejor capitalismo.
El capitalismo del futuro podrá vencer la homoplutia y recrear el ascenso social masivo si logra innovar en:
1. Viabilizar ingresos extraordinarios o de capital para muchas más personas
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Nuevos mecanismos de participación en ganancias empresariales.
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Regulaciones que faciliten el acceso al mercado de capitales.
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Bonos dinerarios iniciales, como propone Piketty.
2. Transformar subsidios y apoyos sociales en sistemas universales, permanentes y transparentes
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Acompañar la vida de las personas ante el fin de empleos productivos y bien remunerados.
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Explorar rentas universales como puente hacia ingresos crecientes para todos.
3. Resolver la encrucijada de los sistemas impositivos
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Innovación y coordinación global.
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Superar los enfoques obsoletos centrados solo en subir o bajar impuestos.
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Financiar lo social sin ahogar la inversión privada.
4. Educación masiva, personalizada y accesible para las mayorías
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Misiones compartidas entre Estado, empresas, bancos y emprendedores.
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Aprendizaje permanente para la vida y el trabajo, especialmente independiente.
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Alianzas público-privadas como clave del nuevo modelo.
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Ejemplo: cuentas individuales para formación continua como en Francia.
5. Estados más inteligentes, con funcionarios empáticos y tecnología (IA)
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Superar la idea de un Estado mínimo o ausente.
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El capitalismo debe invertir en el desarrollo estatal inteligente.
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Regular para incluir más ganadores y corregir asimetrías.
La homoplutia puede corregirse.
El capitalismo ha traído progreso, pero ha perdido parte de su virtuosismo porque pocos ganan demasiado y muchos apenas sobreviven.
Su esencia no es un obstáculo para afrontar los desafíos de recrear el ascenso social sin caer en delirios ni aventuras populistas que terminan multiplicando la miseria.